$1,700,000.00 Liquidación

Una anciana fue ingresada en una residencia desde el hospital. Su diagnóstico de ingreso incluía demencia, dificultad para tragar, necesidad de supervisión mientras come y necesidad de una dieta triturada o en puré. El personal de la residencia declaró que el centro no contaba con personal suficiente, que no tenían tiempo para supervisar a los residentes mientras comían y que se habían quejado a la dirección de los problemas, pero que ésta no les proporcionó más ayuda. A la señora no le daban una dieta triturada o en puré y la dejaban desatendida mientras comía. Como consecuencia, se atragantó con la comida las tres primeras comidas que recibió. El primer día por la noche, un familiar la encontró atragantada con un perrito caliente que no estaba triturado ni hecho puré. El segundo día, a la hora de comer, una enfermera la encontró desatendida en su habitación atragantándose con comida que no estaba triturada ni hecha puré. La enfermera le salvó la vida realizando la maniobra de Heimlich. Esa noche la encontraron muerta en su habitación. La autopsia reveló que se había atragantado con un gran trozo de carne sin triturar.